Fosas comunes del cementerio de Martos (Jaén)

Martos

Martos vivió sus primeros fusilamientos en el mes de mayo de 1939. Las nuevas autoridades iniciaron una fuerte limpieza en el pueblo contra los que se habían mantenido a favor de los ideales de la Segunda República. En total 68 víctimas se encuentran en la fosa del cementerio municipal marteño, pero en realidad suman muchas más. Otro grupo de vecinos serían trasladados a la capital jienense para la celebración de juicios sumarísimos. El resto los trasladaron a Burgos, mientras que las últimas autoridades republicanas serían públicamente asesinadas en un desfile macabro ante sus propios vecinos.

Fue una auténtica ceremonia obligada para todo marteño que no quisiera resultar sospechoso. La conocida Plaza Nueva, llamada en la época Plaza de Jose Antonio, tenía anunciado un ajusticiamiento ejemplar con la aplicación de la sentencia de muerte del último alcalde republicano, Alfonso Ruiz Aguilar, y el teniente coronel del Ejército Popular de la República Antonio Vílchez Fernández, acusados como responsables de casi 150 asesinatos.

En la mañana del 10 de marzo de 1942, un piquete de la Guardia Civil ejecuta la sentencia.

El caso de Alfonso Ruiz no está aislado de las múltiples ejecuciones que se cometieron en el pueblo con los denominados “falsos suicidios”, los muertos por palizas y los asesinados en cortijos y grandes casas a las afueras del pueblo que sirvieron como cuarteles improvisados.

Martos tenía una característica especial que lo diferenciaba del resto de municipios de la provincia de Jaén y era su cercanía al campo de batalla. La línea del frente se situaba escasamente a 30 kilómetros, muy cerca de Luque, ya en Córdoba, y Alcalá la Real, también de Jaén, que pertenecían ya al ejército de Franco. Esta peculiar ubicación la hizo objeto de diversos bombardeos por la aviación rebelde, que se cobraron 13 víctimas mortales. Las fechas aún son recordadas por los vecinos: 28 y 29 de noviembre y 3 de diciembre de 1938.

Durante los años de guerra, los marteños comienzan a organizarse en la retaguardia. Crean cooperativas y colectivizan los pocos recursos de una población aislada. Se producen incautaciones. Se atienden las necesidades de la población. Entre ellas la defensa sería una de las prioridades, con la construcción de los refugios antiaéreos y la línea de resistencia.

La fosa de Martos está compuesta por diversos enterramientos, ya que las zanjas se iban abriendo cada uno de los días que tenía lugar una ejecución. Junto al muro del cementerio municipal, donde se llevaban a cabo las ejecuciones, se ubican las fosas de los fusilados en un perímetro de 8 metros de ancho por 20 de largo aproximadamente.

Fuentes y Bibliografía

  • SÁNCHEZ TOSTADO, Luis Miguel. Guerra Civil en Jaén. 2006
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