Refugios antiaéreos de Almería

Refugios

Los refugios antiaéreos de Almería, rehabilitados en el año 2006, constituyen un testigo vivo del horror vivido por los almerienses en plena Guerra Civil hasta la caída en manos del régimen franquista en marzo de 1939.

A finales de mayo del 37, navíos de guerra alemanes bombardearon la ciudad de Almería, dirigidos por la mano directa de Hitler. Aquel día negro acabó con un balance de 40 muertos, 150 heridos y unos 200 edificios destruidos. El segundo Gernika en tierras andaluzas. Este hecho se produjo tras el ataque de la aviación republicana al acorazado alemán Deutschland. Hitler decidió, en un golpe de furia por lo ocurrido, bombardear una ciudad española. En su planificación decidió asediar la ciudad de Almería por la poca defensa con la que contaba y su posición estratégica cerca del mar Mediterráneo.

Tras el intenso bombardeo alemán, que arrasó parte de la ciudad, la Comisión Mixta de Refugios del Gobierno republicano adelantó el proceso de construcción de un conjunto de corredores antiaéreos que daban cabida a más del 75 por ciento de la población de Almería censada en la época. Por delante quedaban aún dos largos años de guerra.

La red de refugios fue diseñada a nueve metros de profundidad, extendida por túneles de casi cinco kilómetros de extensión, gracias a la labor del arquitecto Guillermo Langle, el ingeniero de canales José Fornieles y el ingeniero de minas Carlos Fernández. Tenía capacidad para albergar a 34.000 personas. Desde el mes de febrero de 1937 a la primavera del 38 se realizaron extensas galerías, siendo actualmente uno de los refugios más grandes de Europa. A lo largo del pasillo se distribuían dependencias como un almacén donde se guardaban los víveres, puntos de agua potable y un quirófano, con materiales donados por el médico Eusebio Álvaro, para atender a los heridos ocasionados por las bombas que sobrevolaban a diario el cielo de Almería. Gloria recuerda que en aquellas salas se “hacían operaciones, amputaciones y partos, siendo uno de los pocos lugares iluminados del refugio gracias a un moderno generador”. Cabe destacar que el proyecto de esta red de refugios en la capital se planteó por parte del Gobierno como un proyecto comunitario, permitiendo a los almerienses de la época involucrarse en su construcción.

Langle crearía galerías subterráneas que se repartían por la mayoría de barrios de la ciudad con 101 entradas construidas con bloques de hormigón y contrafuertes que contrarrestaban la propagación de las ondas hacia el interior, además de idear un sistema de protección contra avalanchas.

Importantes iglesias de la ciudad e incluso la casa consistorial tenían sus propios accesos privados, al igual que muchos domicilios de clases adineradas. Éstos tenían la posibilidad de tener una entrada particular al refugio, como le ocurría al propio arquitecto. La terrible situación y desesperación de aquellos años hacían que muchos ricos dejaran sus puertas abiertas en un gesto de solidaridad. Una bandera negra indicaba con letras blancas, desde la entrada, la palabra “Refugio” cuando sonaba la temida sirena.

El hacinamiento de la población en medio de aquellos terribles días obligó al propio Gobierno a imponer un código de conducta en el interior de los refugios. Estaría prohibido fumar por la falta de ventilación natural y traer armas blancas y de fuego. Era recomendable no tratar temas de política y religión ni dejar a los niños solos por la intensa oscuridad que allí se vivía entre los fuertes estruendos provocados por las bombas.

A pesar de su amplia longitud, la rehabilitación actual de los refugios solo permite visitar un escaso kilómetro de la galería. Aún, en sus paredes revestidas de cemento, se pueden ver algunas inscripciones como la que dejó Manrique Martínez Agüero el 11 de diciembre de 1938 o un dibujo anónimo en el que se muestra la silueta de un barco con varios aviones bombardeando la ciudad.

Fuentes y Bibliografía

  • DÍAZ LÓPEZ, Julián Pablo (coord.). Diccionario biográfico de Almería. Almería: Instituto de Estudios Almerienses, 2006.
  • PONCE ALBERCA, Julio (coord.). Guerra, Franquismo y Transición. Los gobernadores civiles en Andalucía (1936-1979). Sevilla: Fundación Centro de Estudios Andaluces, 2008.
  • QUIROSA-CHEYROUZE Y MUÑOZ, Rafael. Almería 1936-1937. Almería: Universidad de Almería, 1997.
  • QUIROSA-CHEYROUZE Y MUÑOZ, Rafael. Almería Bombardeada. La Guerra Civil Española 1936-1939. Granada: Diario IDEAL, 1986.
  • QUIROSA-CHEYROUZE Y MUÑOZ, Rafael. Política y Sociedad. Almería 1900-1975.En La Historia de Almería. Madrid: Editorial Mediterráneo-Algedime, 1998.

OTRAS FUENTES:

  • Página web www.culturaandalucia.es, en la que se dedica un espacio a los refugios antiaéreos de Almería.
  • Programa “En Primera Persona”. RTVA, 18/12/2011.

MATERIAL HEMEROGRÁFICO:

  • QUIROSA-CHEYROUZE Y MUÑOZ, Rafael. El final de la Guerra Civil: Almería, marzo de 1939. Revista Andalucía de la Historia. 2004, n.º 5.
  • RAMÍREZ NAVARRO, Antonio. Proceso y ejecución de Vicente Talens Inglá, Gobernador Comunista de Almería. Revista Historia Actual Online. Junio 2012, n.º 28, pp. 71-83.
  • RAMÍREZ NAVARRO, Antonio. La fuerza de los débiles. Vida, prisiones y muerte de Vicente Talens Inglá. Almería: Instituto de Estudios Almerienses, 2012.
  • RODRÍGUEZ LÓPEZ, Sofía. Los secretos de la memoria. Guerra civil, franquismo y fuentes orales en Almería. Pasado y memoria. Revista de Historia Contemporánea. Universidad de Alicante, 2008, n.º 7.
  • RODRÍGUEZ PADILLA, EUSEBIO. La represión franquista en Almería 1939 -1945. Arraez editores, 2007.
  • RUÍZ GARCÍA, Alfonso. Las entradas a los refugios: el racionalismo como mobiliario urbano. Boletín del Instituto de Estudios Almerienses. Almería: Diputación provincial, 1994, n.º 13, pp.169-180.
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