El CAAC acoge la primera exposición individual en España de Kader Attia

El Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC), dependiente de la Consejería de Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, acoge la primera exposición individual en España del reconocido artista franco-argelino Kader Attia, cuya obra gira en torno a la herida como forma, símbolo y espacio activo de pensamiento.
Con una trayectoria internacional consolidada, Attia llega por primera vez al público español con una propuesta artística profundamente comprometida con la reparación, la memoria y las marcas visibles e invisibles del trauma histórico. La exposición, titulada ‘El paraíso perdido’, está comisariada por Jimena Blázquez, directora del CAAC, y podrá visitarse desde el 26 de junio de 2025 hasta el 18 de enero de 2026 en el Claustrón Norte.
La muestra reúne una selección extensa de obras emblemáticas y nuevas producciones del artista, que abarcan esculturas, instalaciones, vídeos, collages y objetos, creados en materiales como mármol, cristal, madera, papel maché y acero. Trabajos como ‘La Venus Dogón’ (2024), ‘Fantasma’ (2007), ‘El mar muerto’ (2015), ‘S/T (Espejos)’ (2022–2024), ‘Sobre el silencio’ (2021), ‘Intifada’ (2016) o ‘Reinterpretación’ (2024) dialogan desde diferentes ángulos con la idea de la herida como huella, ‘configurándose una estética, donde el paraíso es un espacio simbólico transformado por la pérdida, la resiliencia y la crítica, porque, como afirma el propio artista: no se puede pensar en reparar sin pensar en la herida. Curar es también pensarla’, destaca la comisaria.
La exposición se abre con ‘La Venus Dogón’ (2024), escultura que superpone una base clásica grecorromana con un tronco tallado que remite a las estéticas africanas tradicionales. Lejos de buscar una síntesis armoniosa, la obra genera un choque visual que cuestiona el canon occidental del arte, mostrando que toda identidad es una construcción estratificada. En ‘Fantasma’ (2007), realizada en colaboración con estudiantes de la Facultad de Bellas Artes de Sevilla, Attia presenta decenas de figuras huecas moldeadas en papel de aluminio, que evocan cuerpos silenciados por la historia, en actitud de rezo. En ‘El mar muerto’ (2015), un suelo cubierto de prendas azules usadas alude al drama de las migraciones por el Mediterráneo, donde cada objeto alude a la ausencia de los cuerpos y a la vez porta su memoria.
En otras piezas Attia explora la materialidad del tiempo y la persistencia de la memoria, ejemplo de ello son obras como ‘S/T’ (2025), realizada en papel maché a partir de envases de alimentos industriales, o la serie ‘S/T (Espejos)’ (2022–2024), donde el artista interviene lienzos con costuras visibles que crean una nueva imagen desde el daño. En ‘Conversación eterna’ (2024), calabazas secas y recipientes de acero inoxidable componen un mural que traza un diálogo visual entre lo orgánico y lo industrial, entre lo ancestral y lo moderno. ‘Pluvialité #1’ (2023) es un video centrado en la lluvia como archivo atmosférico y propone una temporalidad cíclica para pensar la historia como erosión y persistencia.
Avanzando en el Claustrón, el visitante se enfrenta a trabajos como ‘Algunas huellas de la modernidad’ (2018–2025), que interviene arquitectónicamente el espacio con vigas de tren reutilizadas, trazando la huella física del colonialismo industrial. En la pieza ‘Intifada: los rizomas interminables de la revolución’ (2016), Attia traza una red, construida con materiales reciclados, que simboliza la resistencia que brota de manera impredecible desde lo subterráneo. En ‘Sobre el silencio’ (2021), prótesis suspendidas flotan como cuerpos ausentes, componiendo una coreografía del dolor detenido y ‘Halam Tawaaf’ (2008), hecha con latas de cerveza dispuestas en forma ritual, critica la tensión entre espiritualidad y consumo globalizado.
Attia interpela al espectador a través de su propia imagen y de la concepción del presente en obras como ‘Máscaras espejo’ (2013), que confrontan la imagen idealizada de la máscara africana a través de fragmentos de espejo, devolviendo una visualidad fracturada al espectador o ‘Reinterpretación’ (2024), una máscara recompuesta en madera que muestra la reparación como proceso de repetición crítica.
En el pasillo, se encuentra la serie ‘Siguiendo la genealogía moderna’ (2020), compuesta por seis collages en papel sobre cartón donde Attia traza una cartografía visual del relato moderno desde la discontinuidad. Finalmente, en ‘El gran espejo del mundo’ (2017), el suelo cubierto de espejos rotos invita al espectador a cuestionarse el momento mediante una imagen fragmentada del presente.
‘La muestra, donde se exponen las obras más emblemáticas de Attia, propone una ética de la fragilidad como fuerza transformadora. Para el artista, reparar no es restaurar lo perdido, sino escuchar las heridas abiertas del pasado y reorganizar sus fragmentos como posibilidad’, destaca la comisaria. ‘El CAAC ofrece así un recorrido visual y sensorial donde el arte se convierte en espacio de memoria activa y en lenguaje para lo que aún no ha sido dicho’, concluye.
La exposición, que estará abierta desde el 26 de junio 2025 hasta el 18 de enero de 2026, reúne piezas procedentes de destacadas colecciones privadas, además del Brooklyn Museum of Art, y cuenta con la colaboración de la Fondation des Artistes de Francia y el Institut Français de Sevilla.
Sobre Kader Attia. Dugny, Francia, 1970
Kader Attia es un artista multidisciplinar que se nutre de las experiencias vividas en el seno de dos identidades culturales dispares: la argelina y la francesa. Desde esta posición de intermediación cultural, la práctica de Attia interroga las complejidades sociopolíticas enraizadas en las historias del colonialismo y la ocultación cultural. En su obra, Attia emplea instalaciones poéticas y ensamblajes escultóricos para investigar las implicaciones emocionales de gran alcance que la hegemonía cultural occidental y los sistemas coloniales de poder ejercen sobre las subjetividades no occidentales, centrándose particularmente en el trauma colectivo y las nociones de reparación.
La obra de Kader Attia ha sido expuesta en muestras colectivas y bienales internacionales como la 15ª Bienal de Sharjah (2023); la 12ª Bienal de Shanghái (2018); la 12ª Bienal de Gwangju (2018); Manifesta 12, Palermo (2018); la 57ª Bienal de Venecia (2017); dOCUMENTA13, Kassel (2012); entre otras.
Sus exposiciones individuales más recientes incluyen el MUAC, Ciudad de México (2025); MO.CO, Montpellier (2024); MATHAF, Doha (2022); Kunsthaus Zürich (2020); Berkeley Art Museum and Pacific Film Archive, California (2019); The Hayward Gallery, Londres (2019); y la Fundació Joan Miró, Barcelona (2018).
En 2016, Kader Attia fue galardonado con el Premio Marcel Duchamp, seguido en 2017 por el Premio de la Fundación Miró, Barcelona; y el Premio Yanghyun, Seúl.
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