Fosa común del cementerio de Santaella (Córdoba)

Santaella

La mañana del 14 de agosto de 1936, tras la llegada de la columna del teniente Osuna y la toma de los municipios de La Rambla y Montalbán, comenzaría en el pueblo de Santaella una fuerte represión que se saldaría con una treintena de fusilados dispersos en fosas de pueblos limítrofes en la mayoría de los casos.

Semanas antes, al tenerse conocimiento de la sublevación, fue convocada una huelga por parte de los jornaleros del pueblo que duraría hasta el 25 de julio.

Francisco Serrano, alcalde socialista de Santaella, mediaría con los trabajadores del campo para no perder las cosechas y evitar daños en el ganado, que había quedado durante aquellos días de paro prácticamente abandonado.

La vida en Santaella parecía que no había perdido su normalidad. Unos 25 días más o menos duró la paz: hasta el 14 de agosto de 1936. La llegada de la columna del teniente Osuna se produjo sin ningún tipo de resistencia. Fue tal la tranquilidad que el teniente franquista dejó en el cargo de alcalde al socialista Serrano “al ponerse al servicio de la Guardia Civil y por la no alteración del orden”. El cinismo duraría poco tiempo ya que un telegrama le informaba al alcalde que Francisco Rodríguez Amaya se haría cargo del consistorio en aquellos días. El alcalde socialista continuaría retirado en su casa hasta que en octubre del 36 un grupo de guardias civiles le detuvieron y trasladaron a Córdoba. La madrugada del  26 de octubre de 1936 moriría fusilado en la capital.

Las investigaciones más recientes señalan que fueron 36 los vecinos fusilados de este municipio cordobés. Alrededor de la mitad de ellos fueron llevados a la pedanía cercana de La Guijarrosa donde fueron fusilados y enterrados en la fosa.

Fuentes y Bibliografía

  • MORENO GÓMEZ, Francisco. 1936. Genocidio franquista en Córdoba. Crítica, 2008
  • Documental El grito del silencio. Jean Ortiz.
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