Cristo de la Expiración. Iglesia de la Asunción. La Rambla, Córdoba

Información general

Tipología
Esculturas
Provincia
Córdoba
Municipio
Rambla, La
Autoría

Anónimo

Situación Legal
 La iglesia está declarada Bien de Interés Cultural por disposición de 6 de marzo de 2007 (BOJA N.º 64 del 30 de marzo de 2007)
Cronología
Primer tercio del siglo XVII
Dimensiones
165 x 175 x ,50,5 cm; 191 x 375 x 65,5 cm (cruz)
Material
Cedro
Caoba (pieza de la tapa)
Observaciones

La información sobre esta intervención está extraída de los informes de ejecución
 

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Datos históricos

El Cristo de la Expiración de la Rambla, titular de la Hermandad de la misma advocación, procede originariamente de una capilla funeraria que existía en la iglesia del convento de los Trinitarios, desde donde se trasladó a su emplazamiento actual en la iglesia de la Asunción. Es una pieza destacada de la imaginería andaluza que algunos historiadores han atribuido a Juan de Mesa o a su círculo; otros, a Martínez Montañés, Gaspar Núñez Delgado o Alonso de Mena. Representa un Crucificado en el trance de la expiración, aunque carece del patetismo de otras tallas barrocas de la misma iconografía. La imagen no fue concebida para procesionar, de ahí que no poseyera anclaje en la espalda, como es habitual en los crucificados procesionales. La encarnación está tratada por igual en toda la escultura; sin embargo, la parte posterior del paño de pureza no está tan acabada como la frontal.


La imagen ha sufrido dos importantes restauraciones con anterioridad. Posiblemente fue en el siglo XIX cuando se actuó en el paño de pureza y en las piernas, encolando, reforzando las piezas con clavos y estucando, y cuando se aplicó cola animal a la cara con el fin de refrescar la encarnación. En 1958 fue restaurada por los imagineros sevillanos Adolfo Castillo y José Pérez. En este momento se encolaron los brazos al tronco y se cosieron con puntillas, se repararon los ensambles de la pierna izquierda, se resanaron las grietas, se confeccionó una nueva corona de espinas a partir de los restos de la antigua, se pegaron los dedos rotos y se repusieron los que faltaban, se resanó un pequeño ataque de bacterias, se introdujo una chirlata en el ensamble de la tapa de la espalda para evitar desniveles y se repintaron lagunas, sobrepasando los límites y ocultando el original.


Al margen de estas dos ha habido otras actuaciones puntuales; la más desafortunada fue la amputación de la corona de espinas para colocar unas potencias a principios del siglo XX.
 

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Estado previo

El hecho de procesionar la imagen sin estar concebida para hacerlo causó graves daños en su estructura. Existían numerosas fisuras y grietas repartidas por toda la escultura. Algunas eran anteriores a su ejecución, como la que se extendía desde la ceja izquierda hasta más allá de la comisura de los labios y la que recorría la parte posterior de la cabeza; otras, eran posteriores y se debían a la utilización por parte del escultor de piezas de madera que habían secado de forma desigual. Las zonas más afectadas eran los brazos y muslos. La pérdida de adhesión de las colas había ocasionado la separación de piezas, especialmente en la cadera izquierda y en las uniones de los brazos al tronco. Se advertía también la pérdida de algunos fragmentos de talla en los dedos de las manos, en el cordel del paño de pureza y en la axila derecha. En la mano derecha y brazo izquierdo se localizaron dos ataques de bacterias.


La policromía de la cara se encontraba levantada y prácticamente desprendida. Tras los estudios realizados se pudo comprobar que la causa era la aplicación de alguna sustancia proteica -cola animal o huevo- para adecentarla. Una espesa capa de suciedad, repintes y betún cubría toda la superficie.
 

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Descripción de la intervención

Se desmontaron y se volvieron a encolar y colocar de nuevo todas las piezas que habían sido pegadas de forma inadecuada en intervenciones anteriores y las que necesitaban un nuevo ensamblado: los brazos, la tapa de la espalda, la pieza del paño de pureza que configura la moña, algunos dedos de ambas manos y las guedejas que caen sobre los hombros. Las zonas afectadas por el ataque de bacterias se resanaron y, tras la exposición a rayos U.V., la aplicación de fungicida y la consolidación de las partes más debilitadas, se reintegraron con madera de cedro. Se eliminaron los elementos metálicos añadidos, salvo los que sustentan la corona de espinas. Tanto ésta como algunos dedos, que son fruto de la restauración de 1958, se conservaron como documentos de la historia material de la obra. Las grietas de la madera, una vez limpias, se consolidaron con pasta de madera.


A través de la tapa de la espalda se colocó un nuevo punto de anclaje del Cristo a la cruz a la altura del coxis, consistente en una varilla de acero inoxidable que, tras atravesar el glúteo, se enrosca en una tuerca embutida en una pletina, que a su vez se sujeta en la cara interior de la pieza del vientre mediante resina epoxi.


Se efectuaron operaciones de limpieza, fijación y reintegración de las lagunas de preparación y color, utilizando una textura gráfica solo perceptible a corta distancia. Las espinas de la corona que faltaban se repusieron con madera de cedro. Por último se aplicó una capa de barniz.

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Ficha técnica y planimetría

Entidad/es promotora/s
Dirección General de Bienes Culturales de la Consejería de Cultura
Adjudicatario/s
María Rosa Cabello Ramírez
Dirección y ejecución
María Rosa Cabello Ramírez
Periodo de ejecución
-
Inversión
13.529,98 euros
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Fotografías

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