Catedral, Alcázar y Archivo de Indias de Sevilla

“Los personajes y situaciones de esta novela son imaginarios. Todo aquí es ficticio, excepto el escenario. Nadie podría inventarse una ciudad como Sevilla." (Arturo Pérez-Reverte, preámbulo a "La piel del tambor", 1985)
 

Acceso a Biblioteca Virtual de Andalucía, registro BVA20040004639: J. Rapkin, Londres, 1850

Fecha de declaración: 11 de diciembre de 1987

La Catedral y la Giralda, el Alcázar y el Archivo de Indias de Sevilla forman un conjunto monumental de gran coherencia por ser estos altamente representativos de los grandes hitos de la historia de la ciudad.

La Catedral de Sevilla es el templo gótico más grande Europa con una superficie de 23.457 metros cuadrados. Posee una serie de rasgos característicos que la diferencian de otras catedrales góticas, como consecuencia de la superposición de la obra cristiana, principalmente en estilos gótico y renacentista, a los vestigios islámicos de época almohade. Dicha superposición se evidencia en primer lugar en su planta, que prácticamente se corresponde con la de la antigua Mezquita Mayor del s. XII. En segundo lugar, su torre campanario, la Giralda, aprovecha el alminar preexistente al que, en el siglo XVI, se le añade un cuerpo de campanas diseñado por Hernán Ruiz en estilo renacentista. El Patio de los Naranjos conserva en dos de sus lados el cerramiento almohade situándose a medio camino entre el sahn islámico y el claustro cristiano. El capítulo de aportaciones se cierra con las adiciones del Renacimiento, el Barroco y los siguientes períodos hasta el siglo XX. Aportaciones que no sólo se dan en el plano arquitectónico, sino también en lo que respecta al resto de expresiones artísticas, de manera que la Catedral constituye un auténtico museo con obras de primera magnitud.

El Real Alcázar está configurado por distintas construcciones palaciegas que, al igual que la Catedral, suponen una superposición de estilos de diversas épocas. Este conjunto está delimitado por una muralla que data del período almohade. En su interior encontramos, por un lado, una serie de edificios de carácter residencial, que se articulan en torno al Patio de las Doncellas y al Patio de las Muñecas. Por otro lado, completan el recinto unos jardines que, partiendo de un primitivo jardín de crucero almohade, se desarrollan en el Renacimiento en torno al Estanque de Mercurio y la Galería del Grutesco. Otro de los elementos destacados en este grupo de jardines es el Cenador de la Alcoba o Pabellón de Carlos V, construcción de recreo que aúna elementos de tipo mudéjar y de tipo renacentista. El conjunto de los Reales Alcázares representa en primer lugar el arte almohade de origen marroquí, sobrio, potente y geometrizante, pero además, es testimonio de la convivencia cultural entre Occidente y Oriente, como bien refleja el arte mudéjar, fenómeno singular sólo existente en España.

El tercer monumento incluido en la declaración de Patrimonio Mundial es el Archivo de Indias. Su origen se remonta a la fundación de la Casa de Contratación o Casa Lonja por parte de Felipe II para controlar el comercio de Indias. El edificio destinado a alojar esta institución se construye a finales del siglo XVI y es deudor del estilo severo de Juan de Herrera. Una vez dejó de cumplir la función como Casa Lonja, Carlos III instituyó en 1790 en las mismas dependencias el Archivo General de Indias, con la finalidad de reunir toda la documentación de la Casa de Contratación y del Consejo de Indias. Desde aquel momento la antigua Casa Lonja de Sevilla albergó todas las series documentales de carácter histórico y diplomático relativas a las colonias españolas de América y Asia.

Más información

UNESCO World Heritage: Cathedral, Alcázar and Archivo de Indias in Seville.

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