Humanización

Ofrecer una asistencia humanizada es una de las señas de identidad de este edificio. El cuidado y la empatía están presentes en los espacios, en la organización y en el diseño.

Algunos de los ejemplos que hacen tangible la humanización en el Hospital Palma del Río es el diseño del propio edificio, que está concebido para favorecer la actividad por procesos y en acto único.

Este modelo de asistencia facilita la comodidad del paciente, evita desplazamientos y agiliza la respuesta. Todo ello, además, agrupando por áreas la asistencia, de forma que la persona que requiera atención sanitaria no tenga que caminar por distintos espacios del hospital, sino que pueda resolver sus necesidades en un único nivel y en un entorno próximo, en condiciones de intimidad y garantizando la separación de circuitos.

Otro de los valores que muestran la humanización es la sensación de confort, gracias a su diseño espacioso, a lo largo de sus dos plantas. Destaca también la luz natural, presente en cualquiera de las áreas asistenciales a través de cristaleras al exterior o de patios interiores que aportan, también, un ambiente calmado y apacible.

Todas estas características le han valido el reconocimiento de su sector, ya que el Colegio de Arquitectos de Córdoba ha reconocido el proyecto con mención especial en la XVI edición de los Premios Félix Hernández por su “integración más que correcta de un programa complejo en una arquitectura medida, con lenguaje sobrio, eficaz y atractivo... La resolución de un programa complejo y un acertado esquema de circulación, junto al resultado de un óptimo estudio de iluminación, contribuyen a la mejora de la calidad de la atención sanitaria polivalente, calidad, sin excesos”.

Al espacio se suma la decoración, que respeta una identidad corporativa propia que muestra una línea visual de colores común en todo el recinto. La gama de verdes y amarillos en ventanas, techos y puertas acompaña y se funde con el paisaje del municipio.

Precisamente en este sentido, el hospital ha querido hacer la estancia de los pacientes más acogedora y cercana mostrando los paisajes típicos de la campiña en espacios en los que la persona que acude al hospital pueda sentirse más inseguro por la propia incertidumbre que genera la realización de una prueba diagnóstica, como la sala del TC, donde los naranjos ayudan a que el paciente pueda evadirse y reducir su estrés.

Además, se han colocado elementos de humanización como pictogramas donde las personas con Trastorno del Espectro Autista encontrarán adaptaciones para facilitar su paso por el hospital.