Una presea naval para la Virgen de Consolación de Utrera

El Archivo Histórico Provincial de Sevilla, con motivo de la Exposición “Entre Rezos y Procesiones. Testimonios documentales y artísticos de la religiosidad popular sevillana”, que se inauguró el 2 de diciembre de 2024, centra la actividad del ‘Documés’ en destacar un documento de los mostrados, aportando una información más extensa y sus imágenes digitalizadas. Este mes de febrero, en el que finaliza la muestra, resaltamos la escritura, de primero de octubre de 1579, de donación por el capitán Rodrigo Salinas de un barquito de oro para la Virgen, a favor del Monasterio de la Consolación de Utrera.
Este documento fue localizado en abril de 2007 en el fondo documental de protocolos notariales del Distrito de Utrera, por los investigadores Salvador Hernández, doctor en Historia del Arte por la Universidad de Sevilla, y Julio Mayo, archivero municipal de los Palacios y Villafranca (Sevilla). Al año siguiente, lo dieron a conocer en el libro “Una Nao de Oro para Consolación de Utrera (1579)”, donde hacen un estudio monográfico sobre el atributo más característico que su patrona porta en la mano derecha, conocida popularmente como “la del barquito en la mano”.
La Virgen de Consolación de Utrera, patrona de esta localidad sevillana, es venerada allí desde el año 1507. En plena campiña y al pie del camino real trazado entre Sevilla y Cádiz, por ende, Utrera era un lugar de paso ineludible como punto de avituallamiento y hospedaje para la gente de mar que desde Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) iba a embarcarse hacia las Indias.
La utrerana fue la devoción mariana más célebre de Andalucía, y del Antiguo Reino de Sevilla, así como de buena parte del interior peninsular e Hispanoamérica, alcanzando su máximo apogeo en el Siglo de Oro español.
Gracias a su enclave geográfico, su expansión a través de la Carrera de Indias y a la labor de la orden de los mínimos, la devoción por la imagen mariana, de advocación marinera aunque en tierra, fue incrementándose, sobre todo a partir del conocido “milagro de la lámpara de aceite” (1558). Y fue progresivamente traspasando nuestras fronteras, allende los mares, hasta las Indias.
Corría el año 1579, y en plena Carrera de Indias, fue cuando el comerciante y capitán de navío Rodrigo de Salinas, factor de la compañía bancaria de Pedro de Morga - tras su quiebra y retirarse de su azarosa vida en la mar - otorgó ante el escribano público Martín Guisado y en presencia de frailes mínimos (administradores del Monasterio), la carta de donación que nos ocupa:
Ofreció como exvoto a la imagen de la Virgen de Consolación de Utrera, en agradecimiento por las muchas gracias y favores concedidos durante su experiencia vital como hombre de mar, “ una nao de oro labrada sobre cristal y embutida de ámbar con sus tres mástiles y gavias y su popa y su quilla de oro…” para que por siempre la acompañara.
Estimada en un valor económico de 300 ducados de oro, la joya que porta la Virgen en su mano derecha reproduce a pequeña escala (12,5 cm de alto x 8, 5 cm. de ancho), y con todo lujo de detalles, un buque armado de la época. Se trata de una singular pieza de orfebrería manierista, probablemente obra del orfebre Juan de Arfe, -por la inscripción localizada en la joya (IA) -, autor de la famosa custodia de la Catedral de Sevilla.